La uva, del campo a la mesa

Mosto, vino, vinagre o brandy. ¿A qué suenan bien? Todos tan preciados en nuestra cocina y para servir en nuestra mesa y todos procedentes de una misma fruta, la uva.

La uva es una de las frutas por excelencia criadas en los campos de Los Palacios y Villafranca, nuestro pueblo. Y es que es algo así, tan nuestro que no concebimos este tiempo sin un buen racimo de uvas en la mesa. Tan mediterráneo.

Es ese elemento tan presente en esa tradición arraigada de tomar 12 uvas en nochevieja, para recibir con buena suerte un nuevo año. Un nuevo comienzo.

España es, además, el mayor productor del mundo de esta pequeña fruta, siendo así también el mayor productor de vino mundial.

Pero, ¿sabéis la cantidad de propiedades beneficiosas que tiene el consumo de este tipo de fruta? Pues ahí va.

El aporte calórico de la uva queda compensado por su capacidad depurativa. 

Contiene más de un 80% de agua que ayuda a aligerar el organismo. Su calcio (15 mg/100 g) y otros elementos alcalinos estimulan el hígado, órgano que equilibra la acidez de la sangre, la limpia y la hace más fluida, con lo que actúa poderosamente en las transformaciones orgánicas que se producen en nuestro cuerpo.

Resultan idóneas para mejorar el estado de ánimo y reponerse del cansancioal combinar los carbohidratos con las vitaminas del grupo B que contienen. 

Existen estudios que demuestran que sus fitoquímicos ayudan al equilibrio glucémico de la sangre, ya que estimulan el páncreas y la producción de insulina.

La uva es también un laxante suave. Este efecto depurativo se ha usado desde siempre para realizar curas de otoño. Además, es adecuada también para personas que sufren de trastornos renales, de piel, retención de líquidos, artritis o gota.

Del campo a la mesa

Aunque resultan deliciosas tal cual, las uvas crudas se pueden comer en macedonias, mueslis, yogures, decorando tartas, cremas dulces, etc. A todas estas recetas les aportan un sabor fresco que encantará a todos.

En recetas saladas, dan un ligero toque agridulce. También son un buen acompañamiento para verduras a la parrilla y al vapor, o para arroces. No faltan tampoco en sopas frías como el gazpacho o platos tan tradicionales como las migas.

Cocinadas, pueden emplearse frescas o pasas, pues su sabor y textura resultan muy diferentes.